
Como mujer embarazada primeriza, usted podría percibir que su cuerpo está siendo sometido a cambios no anticipados o podría sentirse insegura si lo que nota o siente sea o no normal.
Muchos cambios ocurren en diferentes partes del cuerpo durante el embarazo y los que pueden ser más difíciles o vergonzosos de mencionar, son los cambios vaginales - pero tenga usted la tranquilidad que la mayoría del tiempo, estos cambios son totalmente normales.
"He notado que mis pacientes usualmente optan por la seguridad en vez de lamentarse" cuando se trata de preocupaciones con su embarazo, los doctores están más que dispuestos a responder sus preguntas, sin importar el tema. Muchas mujeres están muy al tanto e interesadas en los cambios de sus cuerpos durante el embarazo y comparten sus experiencias durante sus citas médicas. Si usted no menciona ningún cambio distintivo, pero sus doctores notan cambios vaginales o vulvares obvios, ellos podrían hablar de esto después de un examen físico de rutina, con el fin de que usted esté al tanto que ese cambio es normal y darle a usted mayor tranquilidad.
Uno de muchos cambios vaginales comunes que las mujeres pueden discutir con sus doctores es el cambio de color en la vulva. Todos los cambios que ocurren en la vulva (una parte del genital femenino externo que incluye la labia, vagina y cuello uterino) durante el embarazo, son debidos al incremento del flujo sanguíneo en la zona debido a la demanda de crecimiento del útero y embrión. La sangre llena los vasos sanguíneos con mayor volumen del normal, dando como resultado la coloración azulosa y sensación de llenura o pesadez en la zona. Pacientes a menudo describen esto como “presión” o sensación de “hinchazón”. Cuando usted se examine el área, el cambio de apariencia regularmente no es dramático y el color debe ser un azul pálido, quizá con algunas venas varices. Aunque el área no parezca demasiado hinchada o irritada, es así como muchos pacientes con frecuencia lo describen. El mayor flujo de sangre ocurre tan pronto como al mes después de la concepción. La llenura y congestión en el área usualmente empeoran gradualmente con el avance del embarazo. Al ensancharse el útero, este también obstruye el flujo de sangre venosa, lo cual se agrega a la hinchazón en la vulva y contribuye también a hinchazón en las piernas. La presión o sensación de pesadez tiende a disminuir durante el embarazo, pero a veces empeora hacia el final del mismo. Esto simplemente podría deberse a que el útero y el bebé se hacen más grandes y por lo tanto ejercen mayor presión. Esto puede también verse afectado por la cabeza del bebé, la cual con frecuencia se posiciona abajo en la pelvis al principio del tercer trimestre.
También, un incremento en la sensación de presión podría deberse a que el "bebé se ha bajado” lo que significa que la cabeza fetal se ha movido abajo a la pelvis, es decir que la parte baja del útero se está preparando para el parto. Esto puede ciertamente causar mayor presión en la vagina. La caída usualmente viene acompañada de una mejoría en la capacidad pulmonar (causando que usted pueda respirar con mayor facilidad) y la forma del abdomen embarazado cambia. Como se mencionó anteriormente, algunas mujeres podrían notar varices o venas apareciendo en la labia y a veces también en la parte superior interna de los muslos que aparentan ser como las venas varicosas que asociamos ver en las piernas. Estas son el resultado del incremento en el flujo de sangre y el ensanchamiento del útero embarazado, el cual comprime las venas en la pelvis e incrementa la presión interna de las venas. También existe un efecto hormonal del embarazo que causa dilatación de los vasos o mayor anchura y relajamiento de las venas. Todos estos factores pueden conducir a síntomas de congestión pélvica y venas varicosas vulvares. Se calcula que un cuatro por ciento de las mujeres tendrán una variz vulvar. Los factores de riesgo de enfermedad venosa (no solo vulvar) incluyen edad avanzada, obesidad, antecedentes de familia, fumar, antecedentes de lesiones en la pierna o coágulos de sangre en una pierna. Pero, la buena noticia es que las varices usualmente desaparecerán en un lapso de seis semanas después del parto.
Otro de los varios cambios vaginales que ocurren durante el embarazo, es un aumento del flujo vaginal. Esto se debe a que la vagina y el cuello uterino sufren cambios hormonales durante el embarazo, lo cual causa una mayor producción de mucosidad cervical y flujo vaginal. Esto cambia durante el embarazo, de espeso a pegajoso a fino a aguado. La mujer embarazada con frecuencia se preocupa que su fuente se llegue a romper debido al incremento del flujo vaginal con el avance del embarazo. Esto puede ser confirmado por su doctor durante un examen pélvico. Sin embargo, normalmente cuando la bolsa de agua se rompe es algo muy obvio, comenzando con un chorro fuerte de agua, seguido de un chorro débil de agua tibia. Es difícil describir la diferencia entre lo que se considera flujo normal o anormal, debido a que existen muchas variantes de lo que es normal entre pacientes y eso puede cambiar durante el embarazo. En general, el flujo vaginal durante el embarazo es un poco espeso y más blanco de lo normal y también más abundante. Si le preocupa la posibilidad de ruptura de la fuente de agua o si tiene comezón o ardor asociados a un cambio del flujo, entonces usted debería ser evaluada por un doctor. El pH de la vagina también cambia durante el embarazo y esto puede ocasionar cambios sutiles en el olor, a lo cual algunas mujeres embarazadas pueden ser sensibles, pero a menos que haya comezón o ardor asociados con el olor, esto es bastante normal. El Tapón de mucosidad es algo que tiende a preocupar, pero no a los proveedores médicos. Durante los inicios del embarazo ocurre un incremento de mucosidad en el cuello uterino. Se piensa que esta mucosidad obstruye el canal cervical (el cual usualmente está abierto menos de 1cm o completamente cerrado). Al final del embarazo o al inicio del parto, el cuello uterino comenzará a suavizarse hasta dilatarse y por lo tanto esta mucosidad que ya no puede permanecer dentro del canal cervical, sale. La paciente podría notar mucosidad vaginal más espesa, más pegajosa durante varios días o hasta el parto. Este fenómeno de “perder el tapón de mucosidad” de ninguna manera anticipa el parto y no hay forma de reconocer si el tapón de mucosidad ha salido, por lo tanto, no debería ser motivo de preocupación o alarma para su embarazo. Aunque muchos de los cambios que usted experimente durante el embarazo podrían causarle incomodidad o incertidumbre, es importante recordar que la mayoría de los cambios vaginales son comunes y normales. Si usted tiene preguntas o preocupaciones, siempre discútalas con su doctor para mayor tranquilidad.