Una Familia Afronta un Raro Caso de Cáncer de Ovario Pediátrico

Hace cinco años, cuando ella estaba en el tercer grado, Kaylee Tolleson comenzó a quejarse de dolor de estómago. Treinta minutos después. el dolor se le quitó y ella contenta regresó a sus actividades preferidas, el patinaje sobre hielo.
Durante los siguientes próximos meses, los padres de Kaylee, Kelly y John Tolleson, notaron que ella se quejaba de dolor de estómago con mayor frecuencia. Era lo suficiente preocupante que Kelly programó una cita con el pediatra de Kaylee, quien la diagnosticó con estreñimiento. Desafortunadamente, el tratamiento no ayudó. Cuando el dolor de Kaylee empeoró, su madre la llevó a una clínica de cuidados urgentes.
“Ella bajó las gradas gritando que le dolía demasiado. Yo la llevé a cuidados urgentes, pero cuando llegamos, ella se sentía bien. De hecho, ella estaba bailando alrededor del estacionamiento, “dijo Kelly.
Pocos meses después, el dolor de Kaylee regresó. Esta vez ella también tenía fiebre y el dolor de estómago no se le quitaba. Sus padres la llevaron a la sala de emergencia para ser evaluada.
“Nosotros venimos a la sala de emergencia en Texas Children’ s. Ellos le tomaron un ultrasonido, pero luego comenzamos a preocuparnos cuando ellos continuaban a tomarle más imágenes y análisis de sangre y le colocaban un acceso intravenoso,” dijo Kelly. Eventualmente, nos dijeron que ella tenía una masa del tamaño de una pelota de softbol en su abdomen y que el diagnóstico se inclinaba hacia un cáncer.”
El equipo de expertos en Texas Children’s procedió con rapidez. Kaylee fue diagnosticada con cáncer de ovario, una afección muy rara en niños. Un oncólogo inmediatamente se reunió con la familia en la sala de emergencia y comenzaron las pláticas acerca de cirugía para extirpar el tumor.
“Es algo así como pasar de tener un niño saludable, con algún estreñimiento a un diagnóstico de cáncer,” dijo Kelly.
El tumor fue exitosamente extirpado y Kaylee pronto fue capaz de recibir el alta a casa para su recuperación. Pero luego, ellos de nuevo fueron tomados por sorpresa. Dos semanas más tarde, mientras la familia de Kaylee se disponía a hacer planes para su regreso a la escuela y su equipo de patinaje sobre hielo, Ellos recibieron la noticia que su cáncer se había esparcido.
El equipo médico recomendó tratamiento con quimioterapia. Durante los siguientes meses, la vida de la familia se desenvolvió alrededor de la programación del tratamiento de Kaylee: una larga semana de estadía en el hospital, seguida de dos semanas en casa y luego el ciclo se repetía con otra semana en el hospital. Ella recibió un total de cuatro ciclos de quimioterapia.
“En el mes de marzo, ella fue a la escuela y les dijo adiós a todos sus amigos y ese fue su tercer grado,” dijo Kelly.
Para el mes de julio del 2019, Kaylee completó su curso de tratamiento con quimioterapia. Su cáncer respondió bien al tratamiento y sus doctores no encontraron más evidencia de la enfermedad. ¡Ella estaba en remisión!
Durante siete meses, el único objetivo de la familia Tolleson era dedicar toda su energía a tratar el cáncer de Kaylee. Tan difícil como era depender del apoyo de su familia, amistades y el equipo médico, ellos estaban preparados para el siguiente desafío. Una vez que las cosas se calmaron y ellos pensaban que estaban de regreso a su rutina, previa al cáncer, ellos afrontaron un nuevo y más difícil desafío.
“Después fue la peor parte para nosotros debido a que Kaylee mentalmente ya no era la misma Kaylee,” dijo Kelly.
Kaylee, quien antes había estado rodeada de amistades y participaban en actividades, se volvió temerosa y retraída. Los meses de preocupación por su hija con largas noches en el hospital y siendo testigos de sus dificultades con la pérdida de su cabello y sentirse enfermiza debido a la quimioterapia, también afectaron emocionalmente a sus padres.
La familia Tolleson se esforzó de la misma manera en la recuperación de su propia salud mental, ya que tuvieron que afrontar el tratamiento de cáncer de Kaylee. Ellos dedicaron tiempo para sanar sus heridas emocionales. Con tiempo y con la ayuda de profesionales de salud mental, la familia volvió a ponerse de pie. Ellos, de nuevo tuvieron esperanza en el futuro.
“Un día fue como si una nube nos fue quitada de encima y comenzamos a ver que la personalidad de Kaylee volvió a surgir,” dijo Kelly. Para Kelly y John, esto marca el día de la “completa” recuperación del cáncer de Kaylee.
Hoy en día, Kaylee está en el 8vo grado. Ella ha vuelto a ambas competencias de patinaje sobre hielo, en equipo e individualmente. Ella cuenta con un grupo de familiares y amistades que le rodean y le apoyan. La familia comparte el relato de su recuperación física y emocional ante el cáncer, con el fin de ayudar a otros que atraviesan por este camino difícil y proveerles, con la esperanza por el futuro de sus niños y familias.
“Kaylee se mantiene sin evidencias de la enfermedad. A ellos no les gusta decir, “libre de cáncer,” pero sigue siendo una buena etapa. Ella está saludable y feliz,” dijo Kelly.
Conozca más acerca del Programa Supervivientes de Cáncer del Centro de Cáncer y Hematología en Texas Children’s.